Este asteroide fue visitado por la sonda japonesa Hayabusa en 2005 y sus muestras aún están siendo analizadas.
¿Qué sorpresas guarda el asteroide Itokawa?
En noviembre de 2005 la sonda japonesa Hayabusa cruzó el espacio para encontrarse con el asteroide Itokawa dejando caer sobre él un robot que serviría para recolectar muestras del cuerpo rocoso.
A pesar de que la maniobra no fue ejecutada a la perfección, la sonda fue capaz de recolectar algunos gramos de material que llegaron a la Tierra en el año 2010. Después de muchos análisis, se encontró que los pequeños granos del asteroide contenían grandes cantidades de H2O.
Al parecer, en el sistema solar hay agua viajando en asteroides, hasta en aquellos que son considerados secos del tipo S que poseen compuestos principalmente de silicatos.
Esto ha sido gracias a los estudios realizados por la Universidad Estatal de Arizona, que a través de las muestras del asteroide llegaron a la hipótesis de que el agua en la Tierra pudo haber venido del espacio a través de la colisión de un cuerpo rocoso parecido al de Itokawa. Esto ha dado paso a nuevos estudios y teorías acerca del origen de la vida en la Tierra.
Los telescopios o los instrumentos infrarrojos que forman parte o están anclados a las naves espaciales que se lanzan al espacio para el estudio de cuerpos celestes, han sido testigos directos de muchos eventos considerados como los orígenes de la formación del sistema solar.
Han encontrado agua en forma de hielo y algunos minerales, pero nunca antes se había estudiado el contenido de tal agua o mineral en un laboratorio terrestre. Con la última tecnología en medición, como el espectrómetro de masas de iones secundarios, se logra obtener muestras directamente de un asteroide.
El agua encontrada fue en fragmentos tan pequeños como un cabello
La agencia espacial Jaxa le ha confiado la tarea de analizar los fragmentos a Zilian Jin y Maitrayee Bose, quienes comunicaron que las partículas de agua encontradas median aproximadamente la mitad de un cabello.
El contenido de agua encontrada fue más alta de lo que se esperaba, unos 1000 ppm (partes por millón) para ser exactos.
Esto es más que el promedio de los objetos del sistema solar interno que se pueden encontrar debido a que generalmente se secan por la proximidad del sol. Los cuerpos ricos en agua provienen del cinturón de Kuiper, que se encuentra en el borde del sistema solar.
Asteroides menos secos de lo esperado
El contenido que se encontró en el asteroide, es comparable con el agua que se encuentra en las rocas terrestres.
De ahí la hipótesis de los investigadores de que existen cuerpos rocosos similares a Itokawa que son ricos en agua, por lo que pudieron haber chocado con la proto-tierra y dar así comienzo al origen del agua en el planeta. En pocas palabras, los asteroides que se encuentran dentro del sistema solar, podrían ser la fuente principal de agua en la tierra y en otros planetas.
Los investigadores argumentan incluso que los asteroides similares a Itokawa podrían ser los responsables del agua de la mitad de los océanos del mundo.
Esta investigación hace que varios científicos tengan la hipótesis de que el agua en su totalidad, siendo lo más importante que ha aparecido en las fases de la Tierra que se creó hace alrededor de 4.500 millones de años, fue el último proceso que llevó a cabo la vida en esta a través de un bombardeo tardío de asteroides.
Asteroides: una oportunidad para dilucidar nuestros orígenes
¿Cómo apareció la vida en la Tierra? Los asteroides, la verdadera memoria del sistema solar, prometen dar respuestas, especialmente, si son ellos los que han enriquecido nuestro planeta. Todos los días, desechos de asteroides caen en la Tierra, desenganchados del cinturón entre Marte y Júpiter.
Afortunadamente, suelen ser tan insignificantes que nadie se da cuenta. Pero esto no es siempre el caso y es que hace 65 millones de años, la caída de un meteorito de 10 km de diámetro en lo que aún no era México, engendró una cascada de perturbaciones climáticas que causó la extinción de los dinosaurios y otras innumerables especies.
De ahí, la horrible reputación de los asteroides y el peligro que se cierne sobre nosotros.
Para los astrobiólogos, estas lluvias celestiales son ante todo preciosos aliados de la especie humana, y por una buena razón y es que antes de amenazar a la Tierra, serían ellos los que habrían traído agua, incluso vida.
Sin estos escombros del espacio tal vez ni siquiera estaríamos aquí y como resultado, estudiarlos nos ofrece una oportunidad inesperada para descubrir el secreto de nuestros orígenes.
Para entenderlo mejor, debemos saber que los asteroides son objetos que no podrían aglomerarse en un planeta durante la formación del sistema solar y que desde entonces apenas han cambiado.
Así, son testigos de tiempos remotos gracias a los cuales se puede retroceder en el tiempo hasta el nacimiento del sistema solar, levantando el velo sobre la historia de nuestro planeta en sus mayores eventos fundadores.
Una historia que comenzó hace más de 4.500 millones de años: en ese momento, la Tierra era un vasto desierto quemado por el fuego del joven sol. El agua, que sí era parte de los ingredientes originales de su formación, se evaporó totalmente en el espacio y la superficie de la tierra fue tan seca y hostil como la luna lo es hoy en día.